Al detective Florián Falomir, le contratan para encontrar una talla de la Virgen que ha desaparecido. Es una talla que no tiene gran valor, pero según se va desarrollando su búsqueda, llevará al protagonista a una trama que tiene relación con unos hechos del pasado.
A la vez se verá implicado en la resolución de unos asesinatos, que le hará viajar a la ciudad de Jerusalén, donde entrará en acción la inspectora Marina de Santo, personaje fetiche del autor.
Es la segunda novela que cae en mis manos de este autor, y al igual que la primera "El oro de los Jíbaros", me enganchó desde el comienzo. Es muy entretenida y con un final con un giro inesperado.
De rápida lectura e ideal para disfrutar de los momentos de lectura.
A la vez se verá implicado en la resolución de unos asesinatos, que le hará viajar a la ciudad de Jerusalén, donde entrará en acción la inspectora Marina de Santo, personaje fetiche del autor.
Es la segunda novela que cae en mis manos de este autor, y al igual que la primera "El oro de los Jíbaros", me enganchó desde el comienzo. Es muy entretenida y con un final con un giro inesperado.
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